Marni se aleja de influencias externas para examinar su originalidad
El regreso "a un estado casi animal", en un momento en que la inspiración y la creación están dominadas por el concepto de influencia y el influencer. Marni Otoño/Invierno 2024 volvió a Milán y el director creativo Francesco Risso explica el proceso de pensamiento de la marca detrás de su última colección, relatando cómo solía tratar el diseño de moda como una especie de «nervio crudo», o un sentimiento innato en los comunicados de prensa.
Dicho esto, Marni ha prohibido que "cualquier imagen o referencia se filtre en [su] proceso de diseño", volviendo a un método de diseño que surge de forma natural. Así se tradujo en la colección Otoño/Invierno 2024. Ambientado en una cueva de cartón piedra, el desfile FW24 de Marni se desarrolló fuera del tiempo, del espacio y de toda inspiración externa. Era como si, al entrar en la cueva Marni, el mundo real dejara de existir: sólo existía Marni.
Haciendo referencia a un comentario que hizo una vez Virginia Woolf, las notas del programa de Risso terminaban con la frase: "Si por casualidad entras en una cueva de papel, no traigas ropa». Refiriéndose a la idea de deshacerse de todas las influencias externas, dejarlo todo en la puerta y ver el desfile FW24 de Marni sin que te afecte nada más que lo que puedas" sentir, oler, observar».
La primera selección de looks que Francesco Risso presentó esta temporada fue estructurada, sencilla y totalmente negra. Sastrería sofisticada presentada en chaquetas oversize de hombros anchos combinadas con elegantes guantes de cuero negro. Después vimos una serie de modelos con brazaletes de piel negra, antes de ver looks con el pelo cubriendo casi toda la prenda. Desde la cabeza de las modelos hasta la parte trasera de los abrigos sastre, colgando de los brazos y las mangas, cayendo al suelo detrás de ellas al caminar, el pelo estaba por todas partes.
A las pieles siguieron los estampados animales más atrevidos y sintéticos, en vestidos túnica y prendas de abrigo, y las capas y vestidos de jacquard plateado y blanco roto, que brillaban al estilo más tradicional de Marni. Las siluetas se recortaron, arrastraron, cortaron y alargaron en todas direcciones, transformando las prendas en formas insólitas y subvirtiendo las formas corporales de las modelos. Luego llegó una chaqueta sobredimensionada que terminaba por encima de la pierna, cubierta de pinchos peludos, y una selección de bolsos hechos enteramente de piel.
La colección FW24 de Marni fue una vuelta "a un estado casi animal", en una época en la que la inspiración y la creación están dominadas por el concepto de influencia y de influencer, descartando todo lo que hemos llegado a conocer (toda inspiración, toda fuente externa).Es un paso audaz que aterrorizaría a muchos diseñadores. Pero, ¿Qué es más aterrador, abandonar el mundo por una cueva de papel maché o no saber nunca realmente si tu trabajo es original?